Sexo en la piel: Conversaciones de caña y tapa (III): no quiero una pareja, pero tampoco quiero "sólo follar": ¿tan difícil es?

Últimamente me comentan muy a menudo, tanto hombres como mujeres, una situación que les ocurre: se están cruzando en su vida con compañeros sexuales que quieren, únicamente, echar un polvo y largarse pitando, venir a mi casa sin tomarnos ni una caña antes, follar y ya, ni hablar de nada de nada...

Esta situación incomoda y molesta a la gran mayoría: a pesar de que no quieren una relación de "pareja seria", les gustaría poder tener una relación con alguien que, además de sexo, se quedase luego a tomar un café, hablar, salir...

Vamos, que lo que quieres es un "folla-amigo/a", ¿no? -les pregunto. Sí, ¡algo así! Me gustaría poder follar con alguien que, además, quiera echarse unas risas conmigo, tomarnos algo o hablar de nuestras cosas. Eso no significa que quiera una relación estable de pareja con esa persona, pero tampoco quiero que se presente en mi casa para echarme un polvo y largarse.

Típicamente han sido los hombres los que han tenido este comportamiento de "follar y ya", pero parece que ahora son también las mujeres los que lo tienen. ...Y tanto hombres como mujeres se quejan de encontrarse con compañeros sexuales de estas características. ¿Qué está pasando? Es que parece que si nos vamos de fiesta o al cine ya quiero ser su pareja, ¡y no es así! Pero tampoco quiero sólo sexo. A veces me quedo con una sensación de vacío enorme.

Parece que a veces cuesta distinguir, poner límites y decidir qué tipo de relación se quiere tener. Cada uno es libre de tener la relación que quiera: en un extremo se encuentran las relaciones de "solo sexo" y en el otro las de "pareja" pero entre medias existen multitud de relaciones en las que cada uno elige los parámetros y las características de su relación ideal. En cada momento de la vida puede apetecer un tipo de relación u otra.

Para tomar la decisión es importante tener en cuenta que, aunque en un encuentro sexual no haya lo que se dice "amor" no significa que no haya "nada". "Sexo sin amor" no significa "sexo y nada más": de hecho, el "sexo y nada más" no existe, pues cuando nos metemos en la cama con alguien no va solo nuestro cuerpo, sino que va nuestra personalidad, nuestras experiencias previas, nuestras expectativas, nuestros sentimientos... El cuerpo no se separa de nosotros en ningún momento.

Una vez tomada la decisión, podemos comunicársela a nuestro compañero/a sexual y consensuar el tipo de relación que se va a tener y cómo actuar en caso de que alguno de los dos quiera renegociar los términos de la relación. De este modo, todo el mundo ve cumplidas sus expectativas, sabe qué esperar del otro y disfruta de la relación que realmente quiere.