En un
encuentro sexual intervienen todos los sentidos, no sólo el tacto: la vista, el
gusto, el olfato…. y el oído. Hablar en la cama es una práctica que
excita a muchas personas. Hay distintas formas de hacerlo: relatar lo que se
está haciendo, explicar fantasías, utilizar un lenguaje sucio
y/o muy explícito, crear roles con personajes excitantes…
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Hablar
en la cama puede ser tan estimulante por varios motivos:
- Estimula directamente la imaginación. Explicar fantasías mientras se mantienen relaciones sexuales nos permite disfrutar de ellas y compartirlas con la pareja de una forma muy excitante
- El lenguaje sexualmente explícito puede acentuar y potenciar las sensaciones placenteras que estamos sintiendo
- Las palabras pueden servirnos para crear roles o papeles que nos transformen en otras personas creando situaciones morbosas y/o excitantes
- Hablar en la cama puede ayudar a meternos en faena cuando estamos distraídos, agobiados por preocupaciones o cuando, por algún motivo, nos cuesta excitarnos o concentrarnos en el sexo
Aun así, no
a todo el mundo le gusta hablar en la cama: muchas personas no logran
concentrarse las sensaciones, se distraen, el lenguaje sexualmente explícito
les disgusta, no logran meterse en la fantasía o les resulta más
gracioso que estimulante. Como siempre, ¡que cada uno disfrute con lo que
quiera!
Ana Lombardía.
Ana Lombardía.
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