Conversaciones de caña y tapa (I): ¿por qué esa tía buena no me pone?

En muchas, muchas, muchas ocasiones mis amigos (varones) me ha preguntado con gran intriga y expectación: ¿¿cómo puede ser que esa tía no me ponga?? ¡¡Si está buenísima!!! El otro día nos fuimos a su casa y... ¡nada! estaba ahí con ella y... ¡¡nada!! ¡que no se me levantaba! ¡¡Estaba ahí con ella y me daba igual!!

Vamos a ver, amigos míos: el que una tía esté buenísima -acorde a los cánones de belleza imperantes en nuestra sociedad (tetas grandes, culo duro, piernas largas, cara de niña) ¡no significa que necesariamente os tenga que poner cachondos! Que una persona sea atractiva físicamente puede ser un punto para que os excite sexualmente... pero no es lo único.

Su personalidad, su sentido del humor, su sonrisa, su conversación... son otros factores que también influyen en la atracción sexual que podemos sentir hacia alguien. Si esos factores no nos resultan atractivos puede ser que, por muuuuy buena que esté esa tía, ¡no os ponga nada de nada!

Al contrario pasa igual: si una persona, aunque de entrada no os sea muy atractiva físicamente, resulta ser una persona encantadora, inteligente, risueña y maravillosa... ¡os puede poner cachondísimos!

El deseo se alimenta de muchos factores, no sólo de los que nos entran por los ojos. Las mujeres tienen mucho más asumido esto: no les extraña que un tío buenísimo no les ponga, y que uno menos agraciado sí. Tienen claro que el carácter de una persona va a ser un factor fundamental  para despertar su deseo.

Así que hombres del mundo: no os empeñéis en iros a a la cama con una tía sólo porque esté buenísima si en realidad no os pone. Si con que esté buenísima os basta... ¡¡¡genial!!! A disfrutar.  Pero si no basta... ¡a otra cosa!

Ana Lombardía.

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