Cuánta presión tenéis los hombres en la cama: tenéis que estar siempre dispuestos, vuestro pene tiene que estar siempre erecto, tenéis que aguantar sin correros mucho tiempo... Además, tenéis que saber qué es lo que quiere vuestra pareja en cada momento, adivinar cómo le gusta que le acaricien y hacer que llegue al orgasmo por lo menos una vez.
Por supuesto, todo esto lo tenéis que hacer aunque no tengáis ganas y sin la menor indicación por parte de vuestra compañera sexual. La cultura en la que vivimos marca que el hombre tiene que ser fuerte, masculino y varonil: esto implica que vuestras erecciones serán siempre de hierro y que naceréis sabiendo cómo complacer a una mujer.
Nadie se ha ocupado de explicaros a los hombres que vuestra masculinidad no reside en vuestro pene, ni tampoco os han explicado que el placer que vaya a sentir una mujer con vosotros no depende de ello tampoco. Pero sobre todo, sobre todo, sobre todo, ¡¡nadie os ha explicado que el orgasmo femenino no es responsabilidad vuestra!!!
Con esto no decimos que no sea maravilloso que quieras que tu pareja disfrute, ¡todo lo contrario! Lo que decimos es que cada uno es responsable de su propio orgasmo -hombres y mujeres: si te gusta algo, ¡dilo!, si no te gusta ¡dilo!, si te gusta de otra forma ¡dilo también! A todos nos gusta sentir placer... y también nos gusta proporcionarlo, sentir como nuestra pareja se estremece y disfruta con nosotros.
Así que hombres, ¡quitaos ese lastre de encima de una vez! Si queréis dar placer que sea únicamente porque sintáis placer al darlo, ¡eso nunca falla! Y si tenéis dudas, ¡preguntad! Y a las mujeres: tomad las riendas de vuestra sexualidad, asumid la responsabilidad de vuestro placer... y dadle pistas a los chicos, ¡que no os pueden leer la mente!
Ana Lombardía.
Ana Lombardía.
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