Expertos y pacientes cuentan cómo afrontar la sexualidad tras una lesión medular
Begoña tiene 42 años y quedó en una silla de ruedas por culpa de dos operaciones de cervicales. Al principio, relata, todo fueron dudas y preguntas, pero poco a poco fue descubriendo que el sexo o las relaciones sexuales son algo más que el "aquí te pillo, aquí te mato", como ella dice. En una sociedad donde el materialismo impera se pueden asumir otras formas de vivir el sexo, tanto en su situación como en la de gente que no tiene ningún tipo de problema, "porque nunca sabes si te puede pasar a ti".
Mitos y errores
Uno de los grandes errores que se cometen cuando se aborda el tema de la sexualidad de personas con tetraplejia o paraplejia, y también con otro tipo de discapacidad, es confundir sexualidad con relaciones sexuales, asegura Carlos de la Cruz, vicepresidente de la asociación 'Sexualidad y discapacidad' y director del Máster Oficial de Sexología UCJC. "Es verdad que algunas personas con lesión medular pueden tener dificultades para tener relaciones sexuales, tan verdad como que son y tienen sexualidad. Eso es innegociable", dice convencido.
También afirma que normalmente a estas personas se les trata como "seres asexuados", lo que considera un "grave error". Un ejemplo de cómo con frecuencia no se tiene en cuenta su sexualidad es cuando a veces al tener que prestarles apoyo en el aseo o al vestirles y desnudarles, se consiente que esté más gente delante de la que realmente hace falta, casi siempre con el argumento de que no les importa o que están acostumbrados.
"La persona con lesión medular tiene que aprender que su cuerpo le pertenece, que es protagonista de su propia vida", mantiene el experto. La sociedad, insiste, debe aprender a verles como personas sexuadas y a sentir que su erótica es tan legítima como cualquier otra y que sus placeres pueden ser tan satisfactorios como los de los demás.
Otro de los errores que menciona es confundir relaciones sexuales con relaciones coitales. Tener dificultades para tener "relaciones coitales", por ejemplo, por la mala funcionabilidad del pene no significa tener problemas para las "relaciones sexuales". "Una dificultad añadida es para quien considere que estas relaciones están jerarquizadas y el coito es 'lo más'".
Así es el caso de Horacio Novello quien confiesa estar descubriendo otras formas y otros "lugares de sensibilidad" que no conocía y que "me dan la posibilidad de sentirme de forma muy placentera".Horacio tiene lesión medular desde hace año y medio, no puede caminar y tiene insensibilidad total de la cintura (alta) para abajo. Pero aun así, dice que se no se resignó a la pérdida. La aceptó y eso le llevó automáticamente a revelar su "nueva sexualidad". Reconoce, además, que todo el conjunto de caricias, arrumacos, mimos, no tiene un punto culminante ni es tan devastador, dramático y explosivo como un orgasmo pero, "debo reconocer que cada día estoy disfrutando más".
Porque, tal y como explica de la Cruz, el deseo es la puerta del placer en las personas con paraplejia, y en el resto. No hay un deseo exclusivo para las personas con lesión medular. Hay cientos, miles, tantos como personas -según sus valores, sus creencias, su idea de placer, su idea de pareja, sus manías o sus miedos-. A pesar de que, "como es lógico", se dejan influir por los modelos que la sociedad transmite de las relaciones "ideales", el experto asegura que hay que aprender a cultivar el jardín de los deseos y las fantasías, porque "la sexualidad es cuerpo, relaciones eróticas y placeres, no sólo genitales, coitos y orgasmos".
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