Las
vacaciones pueden ser, en ocasiones, un momento complicado en la parejas.
Acostumbrados como estamos al ritmo rápido de la vida diaria, al trabajo, al
ajetreo, podemos no dedicar mucho tiempo ni energía a la pareja; en vacaciones
eso suele cambiar. Pasamos días y semanas enteros juntos y tenemos que
negociar, adaptarnos a la nueva rutina, convivir con las manías del otro/a…Por
si esto fuera poco, tenemos más tiempo para hablar y comunicarnos, para
descubrir y conocer al otro, para el sexo, para re-negociar los términos de la
relación…
Esto, a
veces, puede no tener el efecto deseado y convertir las ansiadas vacaciones
en un tormento que hace tambalearse la relación. Se dice que Septiembre es
el mes de los divorcios y las rupturas porque muchas pareja no superan
el periodo estival.
Es conveniente no precipitarse y actuar en caliente: es mejor postponer la toma de decisiones y analizar la situación tranquilamente para evitar basar la decisión únicamente en las vacaciones o en algo que se pueda solucionar. La terapia de pareja puede ser un buen aliado para ayudarnos a analizar la situación y guiar la toma de decisiones. Puedes pedir tu cita pinchando aquí .
Otras veces, por el contrario, las vacaciones son una buena experiencia para la pareja y el hecho de pensar en volver a la rutina de la vida laboral provoca tristeza o ansiedad por el hecho de disminuir la posibilidades de disfrutar juntos. Es una buena ocasión para reorganizar el tiempo en pareja, buscar momentos y actividades para compartir y disfrutar también, por qué no, de echar de menos a la pareja. Un terapeuta de pareja puede ser muy útil también en este caso -pincha aquí para pedir cita-.
Esto, a
veces, puede no tener el efecto deseado y convertir las ansiadas vacaciones
en un tormento que hace tambalearse la relación. Se dice que Septiembre es
el mes de los divorcios y las rupturas porque muchas pareja no superan
el periodo estival.Es conveniente no precipitarse y actuar en caliente: es mejor postponer la toma de decisiones y analizar la situación tranquilamente para evitar basar la decisión únicamente en las vacaciones o en algo que se pueda solucionar. La terapia de pareja puede ser un buen aliado para ayudarnos a analizar la situación y guiar la toma de decisiones. Puedes pedir tu cita pinchando aquí .
Otras veces, por el contrario, las vacaciones son una buena experiencia para la pareja y el hecho de pensar en volver a la rutina de la vida laboral provoca tristeza o ansiedad por el hecho de disminuir la posibilidades de disfrutar juntos. Es una buena ocasión para reorganizar el tiempo en pareja, buscar momentos y actividades para compartir y disfrutar también, por qué no, de echar de menos a la pareja. Un terapeuta de pareja puede ser muy útil también en este caso -pincha aquí para pedir cita-.
Ana Lombardía.
Nos hemos mudado a
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