Muchas parejas heterosexuales prueban o practican el sexo anal con frecuencia... pero suele ser ella la receptora de la penetración. Cuando nos planteamos la posibilidad de que sean ellos los que disfruten con la estimulación anal pueden encontrarse, inicialmente, ciertas resistencias, aunque los resultados llegan a ser sorprendentes.
Hemos preguntado a varias mujeres sobre sus experiencias al estimular analmente a sus parejas masculinas; he aquí algunos de sus comentarios:
- La mayoría de los tíos se niegan pero, los que deciden probarlo ¡repiten siempre!
- Si llevas ya un buen rato follando y el tío no consigue correrse... ¡métele un dedo por el culo, no falla nunca! La sensación de descontrol que les produce hace que se olviden de todo y que lleguen al orgasmo rapidísimo
- A mi ex le encantaba que se lo hiciese con la lengua, con el dedo... ¡Era increíble como disfrutaba! Lo que sienten es totalmente distinto a lo que sienten con el pene, se excitan mogollón
- Yo no he conseguido que ningún tío me deje siquiera acercarme a su ano, ¡se cierran en banda!
Muchos hombres tienen la creencia de que la estimulación anal masculina es sólo para hombres homosexuales. Por ello, cuando se les plantea dicha práctica, algunos ven amenaza su masculinidad y se niegan a intentarlo. Otros, simplemente, no quieren probarlo porque es algo desconocido, diferente y de lo que no se habla.
Lo cierto es que el Punto G masculino está bastante cerca de la próstata y la forma de alcanzarlo y estimularlo es mediante la penetración anal. Además, la zona del ano está llena de terminaciones nerviosas que son muy sensibles, por lo que el placer que se puede alcanzar es muy grande.
Parece que las mujeres tenemos muchas zonas eróticas además de los genitales: pecho, cuello, orejas, muslos... pero la zona erótica del hombre es, por excelencia, el pene, y fuera de ahí hay pocas partes de su cuerpo que les hagan volar. ¡El ano puede ser una buena nueva zona erógena! Además, y sobre todo las primeras veces, la estimulación anal resulta muy impactante y potente por lo que -ya sea unida a la estimulación del pene o no- pueden llegar al orgasmo con gran rapidez y facilidad. Si se dejan llevar, la sensación de descontrol es tan grande que disfrutan muchísimo.
Por supuesto, con esto no queremos decir que a todos los hombres les vaya a encantar la estimulación anal -ya sea con el dedo, la lengua o con vibradores o dildos. ¡A cada uno le gusta una cosa! Dicho esto, ¿os animáis a probar?
Ana Lombardía.
Ana Lombardía.
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